Voy a compartir la experiencia del primer año de trabajo cooperativo en el centro Gandasegi de Galdakao.
Nos ilusionamos con el proyecto tres profesoras de 5º. Empezamos el curso haciendo dinámicas de cohesión. Aquello funcionaba, los alumnos respondieron muy bien. Estaban a gusto y las reflexiones que se hacían llegaban hasta dentro.
Enseguida agrupamos los alumnos de forma heterogénea (¡cuantas vueltas a los grupos!) y los ejercicios que teníamos preparados en vez de hacerlos individualmente empezaron a hacerlo en grupo con estructuras simples (1, 2,4, lapices al centro, folio giratorio...). Les gustó tener cerca a sus compañeros para ayudarse y entre todos hacer los ejercicios. Y realmente aprendían mejor.
Poco a poco era más el tiempo que trabajaban en grupo. En los proyectos que teníamos diseñados nos fue muy fácil decidir que estructura íbamos a utilizar para las diferentes actividades.
Seguimos avanzando, Llegamos a poner cargos como coordinador, secretario, encargado del material y plasmarlo en un Cuaderno de equipo. Configuramos nuevos grupos para el ultimo trimestre, con su nombre, logo, tres objetivos de grupo y los encargados que ya he mencionado.
Los grupos funcionaban, siempre con pequeños conflictos que se iban tratando y unos se solucionaban y otros no.
No podemos decir que aquel año utilizamos técnicas cooperativas perfectas, pero con la ilusión que pusimos se suplieron fallos de principiantes. Los alumnos respondieron a nuestras propuestas y fuimos tres grupos aprendiendo entre todos con un objetivo común: hacerlo cada día mejor que el anterior y aprendiendo los unos de los otros.
Nos ilusionamos con el proyecto tres profesoras de 5º. Empezamos el curso haciendo dinámicas de cohesión. Aquello funcionaba, los alumnos respondieron muy bien. Estaban a gusto y las reflexiones que se hacían llegaban hasta dentro.
Enseguida agrupamos los alumnos de forma heterogénea (¡cuantas vueltas a los grupos!) y los ejercicios que teníamos preparados en vez de hacerlos individualmente empezaron a hacerlo en grupo con estructuras simples (1, 2,4, lapices al centro, folio giratorio...). Les gustó tener cerca a sus compañeros para ayudarse y entre todos hacer los ejercicios. Y realmente aprendían mejor.
Poco a poco era más el tiempo que trabajaban en grupo. En los proyectos que teníamos diseñados nos fue muy fácil decidir que estructura íbamos a utilizar para las diferentes actividades.
Seguimos avanzando, Llegamos a poner cargos como coordinador, secretario, encargado del material y plasmarlo en un Cuaderno de equipo. Configuramos nuevos grupos para el ultimo trimestre, con su nombre, logo, tres objetivos de grupo y los encargados que ya he mencionado.
Los grupos funcionaban, siempre con pequeños conflictos que se iban tratando y unos se solucionaban y otros no.
No podemos decir que aquel año utilizamos técnicas cooperativas perfectas, pero con la ilusión que pusimos se suplieron fallos de principiantes. Los alumnos respondieron a nuestras propuestas y fuimos tres grupos aprendiendo entre todos con un objetivo común: hacerlo cada día mejor que el anterior y aprendiendo los unos de los otros.
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